"Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos (...) le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios." Deuteronomio, 13:7-11
"Si una muchacha virgen está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y yace con ella, sacaréis a los dos a la puerta de aquella ciudad y los lapidaréis con piedras, de suerte que mueran." Deuteronomio, 22:23-24
Cuando Jesús de Nazaret, ante el caso de una mujer adúltera a la que la multitud quiere apedrear, dice que "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra", se refiere a una costumbre asociada a las condenas a lapidación: los acusadores, si se dictaba la sentencia, debían iniciar la lapidación, con lo que si posteriormente se descubría la inocencia del condenado, los acusadores podían ser acusados entonces, además de perjurio, de asesinato.
En el Corán, a diferencia de la Biblia, no se mencionan las lapidaciones. Pero fue aplicada ya por el segundo califa del Islam, Umar ibn al-Jattab, quedando incorporada a la jurisprudencia musulmana posterior. Al existir esta contradicción entre la jurisprudencia y el Corán, su aplicación a lo largo de los siglos ha sido moderada. En la actualidad, defienden su uso juristas de Arabia Saudí, Irán y Nigeria.
HISTORIAS RECIENTES
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Según información de Amnistía Internacional, actualmente hay siete mujeres y dos hombres en Irán bajo sentencia de ejecución por lapidación. Estos son sus casos:
Se teme que KOBRA BABAEI esté en riesgo inminente de lapidación tras la ejecución por ahorcamiento de su esposo, Rahim Mohammadi. El Tribunal Supremo de Tabriz había confirmado su condena tras declararla culpable de “adulterio estando casada”. En una entrevista con el sitio web de noticias Rooz, el abogado de la pareja dijo que ambos estuvieron mucho tiempo sin encontrar trabajo. Los informes recibidos indican que “se dieron cuenta de que ciertos funcionarios estaban dispuestos a ayudarlos a cambio de mantener relaciones sexuales con la joven esposa de Rahim” por lo que recurrieron a la prostitución para ganarse el sustento.
IRAN A.: Según informes, su marido la atacó con un cuchillo cuando la vio hablando con el hijo de un vecino. La hallaron tendida en el suelo sangrando e inconsciente. Mientras estaba inconsciente, el hijo del vecino presuntamente mató al marido con el mismo cuchillo. Cuando la policía la interrogó en relación al homicidio, Iran aparentemente confesó haber cometido adulterio. Posteriormente se retractó de la confesión. Un tribunal de la ciudad de Khuzestan condenó a Irán a cinco años de cárcel por complicidad en el asesinato de su marido y a ejecución por lapidación por adulterio. A pesar de las apelaciones de su abogado, el Tribunal Supremo confirmó su sentencia en abril de 2006. Sin embargo, en junio de 2007 se anunció que la sentencia había sido revocada y que su caso volvería a ser juzgado. En el nuevo juicio, Iran A. volvió a ser condenada a lapidación. Iran se encuentra detenida en la prisión de Sepidar en la ciudad de Ahvaz.
KHAYRIEH V.: El tribunal de Behbahan, en Kuzhestan, la condenó a muerte por complicidad en un asesinato, y a morir lapidada por adulterio. Según informes, sufría violencia a manos de su esposo e inició una relación con un familiar de su marido, que terminó matando al marido. Khayrieh confesó el adulterio pero negó toda implicación en el asesinato. La sentencia fue ratificada y el caso ha sido enviado al Presidente de la Magistratura para que dé su visto bueno a la ejecución. Khayrieh ha afirmado: “Estoy lista para ir a la horca, pero no deben lapidarme. Si te estrangulan mueres y ya está, pero es muy duro soportar los golpes de las piedras en la cabeza”.
ASHRAF KOLHARI: Madre de cuatro hijos, fue condenada a lapidación por adulterio y a 15 años de cárcel por tomar parte en el asesinato de su marido. Según Ashraf Kolhari, la muerte fue accidental pero la policía la acusó de tener una relación con su vecino y de haberle animado a atacar al marido. Aunque en un primer interrogatorio de la policía confesó el adulterio, después se retractó. Su ejecución estuvo a punto de llevarse a cabo en julio de 2006, pero fue suspendida temporalmente por el Presidente de la Magistratura, Ayatollah Shahroudi. El 23 de febrero de 2009, dos periódicos iraníes informaron de que la Comisión iraní de Amnistía y Clemencia había rechazado su petición por lo que la sentencia podría aplicarse en cualquier momento.
Otras dos mujeres, Hashemi-Nasab y una segunda identificada solamente como M.J., se encuentran en la cárcel de Vakilabad, en Mashhad (noreste de Irán), condenadas a lapidación.
SAKINEH MOHAMMADI corre riesgo de ser lapidada en la prisión de Tabriz, en el oeste de Irán. En 2006 fue declarada culpable de “adulterio estando casada” durante el juicio de un hombre al que se acusaba de haber asesinado a su esposo. Durante este juicio Sakineh Mohammadi se retractó de una “confesión” que había hecho durante su interrogatorio en prisión preventiva, alegando que la habían obligado a hacerla con coacción, y negó el cargo de “adulterio”. Dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido anteriormente una condena de flagelación y que consideraban que no se había presentado la prueba necesaria del adulterio. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, disposición de la legislación iraní que permite a los jueces hacer su propia determinación de la culpabilidad del acusado incluso sin pruebas claras o concluyentes. Su abogado ha pedido a la Comisión de Amnistía e Indulto que revise su causa. Se ignora cuánto tardará la Comisión en contestar pero, si rechaza la petición, el riesgo de ejecución por lapidación será inminente.
MOHAMMAD ALI NAVID KHAMAMI fue condenado a morir lapidado tras ser declarado culpable de cometer “adulterio estando casado”. Se encuentra en la ciudad de Rasht, en la provincia septentrional de Gilan. No hay más detalles sobre su detención y juicio.
NAGHI AHMADI fue condenado a lapidación en junio de 2008.